Descripción
El cálido viento de aquella primavera podría haber secado tu húmedo cuerpo, pero fui yo con mis labios secos de orgullo por arrancarte de los brazos de otro … otro viento, quien otro podría tenerte si eras como un barrilete con el rumbo de la brisa cálida. Si, te ame, solo aquel segundo en el cual te devoraste mi ser. Despues de entonces ya nunca mas te extrañe porque nadie extraña una pared húmeda, ni siquiera el viento de primavera.